De vez en cuando, se publican noticias de personas que han resultado heridas por haber caído en arquetas. En la mayoría de los casos se producen lesiones más o menos aparatosas que con el tiempo se acaban curando. Son noticias llamativas que no suelen tener difusión más allá del ámbito local. La mayoría de los accidentes se producen por un mantenimiento deficiente.
La resistencia de la tapa es una cuestión económica
A nadie se le escapa que una tapa de arqueta debe tener cierta resistencia y que debe de aguantar las cargas que vaya a soportar, que dependerán del lugar de instalación. Así, la tapa que de un aseo será más ligera y tendrá menos resistencia que la que vaya en una calzada.
Tras las distintas clases de resistencia que soporta una tapa subyace una cuestión económica. Y es que dar resistencia a una tapa es técnicamente sencillo: basta con añadirle material. Cuanta más masa, más resistencia; pero a más peso, mayor coste, por lo que su precio de compra aumenta. Esto es aplicable a casi todos los productos, pero en el caso de las tapas de arqueta estancas el efecto es aún más llamativo dado el precio de las materias primas empleadas.
¿Qué modelo escoger?
En Maco, que llevamos 44 años fabricando tapas estancas, siempre hemos sido conscientes de esta situación y hemos ofrecido tapas con distintas resistencias. En nuestro catálogo puedes encontrar tapas que van a soportar el paso exclusivo de personas, otras que aguantarán el tráfico de vehículos ligeros y las hay también que se pueden instalar en naves industriales donde serán pisadas por camiones y carretillas elevadoras.
Las primeras tapas que fabricamos se desarrollaron por el método de prueba y error. Sabemos que las tapas de nuestro “modelo normal” aguantan el paso de turismos porque hubo quien las instaló en garajes y no se rompieron. Sabemos que no soportan el peso de un camión de obra porque un amigo constructor puso una en su almacén y se partió. A base de errores y muchas ganas de hacer bien las cosas fuimos desarrollando un portafolios de producto que, en su mayor parte, se sigue vendiendo en la actualidad.
Siempre hemos intentado ayudar a quien se ha acercado a nosotros con un problema y hemos dado mucha importancia a la información que proporcionamos y, por eso, en las fichas técnicas incluimos una descripción de uso para cada modelo.
Por qué la norma EN 1253 es importante en la instalación de una tapa de arqueta
Afortunadamente, desde hace unos años contamos con la norma EN 1253 que fija los criterios que deben cumplir las tapas de arqueta de los edificios. Le presta especial atención a su resistencia y estanqueidad, estableciendo distintas clases en función de lo que vaya a pasar por encima de la tapa y el nivel de hermetismo que se necesite. De esta forma, gracias a la norma, ya quedan establecidos de manera clara qué ensayos deben superar los registros, dejando poco margen a la creatividad. Si tienes interés en saber más sobre la norma, puedes visitar esta entrada a nuestro blog.
La relación coste – resistencia es siempre “dolorosa”. No es conveniente escatimar. Si se escoge un modelo demasiado débil, será necesario sustituir marco y tapa, con la consiguiente obra, ya que no sólo reforzamos las tapas, también los marcos, por lo que no son intercambiables. Por otro lado, tampoco es prudente curarse en salud. Sobredimensionar la resistencia de las tapas, resulta muy caro.
Por ello, es importante pensar bien qué va a pasar por encima de la tapa y estar atento a posibles “cargas ocultas” o, al menos, no tan evidentes. Pongamos un ejemplo: si hay necesidad de poner una tapa estanca en la zona de compra de un supermercado, por donde caminan los compradores con sus carritos, podíamos pensar que sería suficiente una tapa que soportara el paso exclusivo de personas. Pero si nos fijamos, veremos que en esa misma zona también pasan los reponedores con sus transpaletas, por lo que habría que instalar un modelo capaz de soportar esa carga.
¿Y si se emplean productos agresivos en la instalación de una tapa de arqueta?
Pero también hay que vigilar qué productos van a entrar en contacto con la tapa. En entornos donde se vayan a emplear productos químicamente agresivos va a ser necesario recurrir al acero inoxidable. En la industria química y en la agroalimentaria ya están acostumbrados al uso de este material, pero hay otros entornos donde puede llamar más la atención, como aseos y vestuarios públicos. Hemos visto que en estos lugares se busca no sólo limpiar, sino también desinfectar, con el fin de evitar la propagación de enfermedades. En Maco disponemos de una gama en acero inoxidable, ideal para estas circunstancias.
En Maco fabricamos desde 1977 tapas estancas que permiten mantener la arqueta localizada, accesible y herméticamente cerrada. Contribuimos a aumentar la salubridad de los edificios, evitando la propagación de plagas y agentes infecciosos, mejoramos el confort y ayudamos a muchos negocios grandes y pequeños a retener y atraer clientes, que no se quejarán de los malos olores de sus puntos de venta.