Las soluciones tradicionales ya no sirven para evitar los malos olores de las arquetas. En la época de la tecnología, las redes sociales, los portales de opinión, la marca personal, etc. nuestra imagen y la de nuestros establecimientos se ha vuelto más importante que nunca. Hoy en día los detalles son parte fundamental «de un todo mayor» que es la percepción global de los clientes sobre nuestro negocio.
Al formar parte de este sector, hablamos día a día con todo tipo de profesionales: desde distribuidores de materiales, usuarios finales, pasando por prescriptores, todo tipo de empresas que instalan tapas y quienes se encargan de mantenerlas.
Qué valoran más los clientes de las tapas de arqueta
La relación entre los mantenedores y sus clientes, los usuarios finales, es curiosa. Los responsables de las empresas de mantenimiento están convencidos de que captan y retienen a sus clientes por precio. Sin embargo, cuando hablas con los usuarios finales te hablan de que seleccionan a sus proveedores por una cuestión de confianza y que el precio es un asunto secundario. Reconocen que maniobran con el fin de contener lo que pagan por el servicio, pero que lo que prima en su relación es la fe en su proveedor. No pretendemos sentar cátedra. Contamos en estas líneas lo que nos encontramos con más frecuencia. Imagino que, como en todas partes, habrá quien por pequeñas diferencias de precio cambiará de proveedor.
Las soluciones tradicionales ya no sirven para evitar los malos olores de las arquetas
«Pan para hoy, hambre para mañana«
Uno de los temas que más suelen preocupar a los usuarios finales (especialmente a las comunidades de vecinos y a los que tienen un establecimiento abierto al público) son los malos olores procedentes de las arquetas de las redes de saneamiento. Las soluciones tradicionales no sirven: hay quien sella una tapa convencional con un cordón de silicona, lo que enseguida se constata que no funciona, por no hablar de la estética de esa solución; hay quien cierra la arqueta con la solera propia lo que resuelve el problema hasta que es necesario acceder a la arqueta para lo cual es imprescindible romper y, entonces, los daños causados tanto de ejecución como los estéticos provocados son tremendos.
Estos problemas se resuelven perfectamente con las tapas de arqueta estancas, que mientras están cerradas, no dejan salir los malos olores y mantienen la arqueta localizada y accesible para cuando es necesario. En Maco fabricamos desde 1977 tapas de arqueta estanca. Si quieres conocer nuestra gama, haz click aquí.