Guía para prescriptores: cómo evitar errores con tapas estancas y cumplir con el CTE

Ascensores, ventanas, cubierta, … ¡Bien! Pero ….

(y lo peor es que nadie te avisa hasta que ya es tarde)

¿Te imaginas que te invitan a comer un arroz con bogavante y lo acompañan de un vino de tetra brick?

Absurdo, ¿verdad?

Tan absurdo como alguna de las cagadas que se dan en la obra …
Y que puedes resolver desde la fase de proyecto, … si lees hasta el final.

Si has venido aquí buscando la guía “El Código Técnico de la Edificación y el hedor del saneamiento”, consíguela aquí. Si no sabes de qué te hablo, vas a tener que seguir leyendo.

Al descargarte la guía te suscribes a mi boletín de correo electrónico. Te escribiré varias veces por semana. Puedes darte de baja cuando quieras.

Y es que hay que ser muy cuñao para poner un vino de un euro el litro después de haberle echado al arroz ese marisco recién pescado y el azafrán Karkom con denominación de origen protegida.

Algo así pasa en un edificio: hablas con el de los ascensores con ni se sabe cuánta antelación para que todo vaya bien, pones ventanas que hacen que no se escuche al de la tómbola Antojitos ni aunque se instale justo debajo y eliges la mejor cubierta para que no tenga las mismas fugas que una piscina hinchable en un campamento de gatos.

Todo parece ir perfecto… hasta que alguien abre una puerta y el aire te golpea en la cara. Primero es un ligero tufillo. En segundos, es como si la tubería del infierno hubiera reventado bajo tus pies. No hay escapatoria. No puedes ignorarlo. Lo peor es que alguien te va a preguntar de dónde viene…

Descarga ahora la guía “El Código Técnico de la Edificación y el hedor del saneamiento” y descubre cómo prevenir estos problemas desde la fase de diseño.

Recuerda, al descargarte la guía te suscribes al boletín de correo electrónico. Hay a quien le encanta. Hay quien lo aborrece. Si eres de estos, te das de baja. Sin problema.

Y es que el problema suele venir por algo tan básico como no pensar en una simple tapa.

A lo mejor, nadie se planteó poner tapas de arqueta estancas.

O tal vez dejaron que las escogiera el primero que pasó por allí.

¿Te imaginas el marrón?

El cliente te llama cabreado, los operarios se pasan la pelota y, al final, el que tiene que dar la cara eres tú. Porque nadie recuerda quién eligió esas tapas. Solo saben que huele a alcantarilla y alguien tiene que arreglarlo… ayer.

Aquí es donde entra el Código Técnico de la Edificación (CTE)

El CTE exige que los edificios sean espacios sanos y seguros. Pero no basta con cumplir la normativa. Hay que entender qué ocurre realmente en la red de saneamiento y qué soluciones existen para evitar desastres en la fase final del proyecto.

Lo que descubrirás en la guía:

– La historia de un hotel de lujo que no conseguía vender todas las habitaciones; y, casi, mejor que fuera así …

– El error que arruina proyectos impecables y que se descubre cuando ya es demasiado tarde para arreglarlo.
– Por qué seguir al pie de la letra lo que dice el CTE puede hacer que el momento de entregar la obra sea una pesadilla; aún peor, sí.

– La solución que parece buena, y que puede ser el error que te costará llamadas de clientes enfadados. Puedes evitarlo antes de que sea tarde.

– Cómo asegurarte de que tu recomendación es la correcta. Incluso si nunca antes te habías planteado que esto fuera tu responsabilidad.

– Ese detalle que casi todos tus compañeros de profesión pasan por alto y tú, ya no.

Todo esto (y algo más) en 4 minutos de lectura.

Si quieres asegurarte de que tu prestigio no peligra por un detalle que pocos tienen en cuenta, esta guía te interesa.

Descarga GRATIS la guía “El Código Técnico de la Edificación y el Hedor del Saneamiento” y descubre cómo evitar que tu próximo proyecto se convierta en un infierno olfativo.

Recuerda, al descargarte la guía te suscribes al boletín de correo electrónico. Los mails son como esto. Cero aburridos y con fundamento.

No tienes tiempo, lo sé.

El día no da para más, y entre planos, reuniones y llamadas, parece imposible sacar un hueco. Por eso, esta guía se lee en menos de 4 minutos. Lo que tardas en tomarte un café o en descubrir que los koalas tienen huellas dactilares y que la policía podría confundirlos con un humano. Y esos cuatro minutos pueden evitarte problemas mucho mayores en el futuro.

¿Crees que esto no es para ti? Seguro que no lo es.

Puede que creas que las arquetas no son tu problema, que ya se encargará otro. Hay quien se lo deja al ingeniero de instalaciones; otros, al albañil o al fontanero de turno. Hasta que un día reciben una llamada: el cliente quiere saber por qué huele como un estercolero fermentado. Y ahí, el problema sí es tuyo.

Si sigues creyendo que esto no va contigo, todo bien. Pero cuando llegue la llamada de ‘esto huele fatal’, ¿qué vas a decir? Mejor prevenir que lamentar. Descarga la guía.

Ya sé lo que me vas a decir:

“Las arquetas quedan feas”

Pues sí. Tienes razón.

Entonces, haz lo que muchos otros: lleva la red de evacuación por fuera del edificio.

Y si no puedes, ¡no las ocultes!

Eso es un delito fecal. El mayor.

Para cuando no queda más remedio, tenemos aisletas que quedan perfectamente integradas en el pavimento.

Bueno, a lo mejor, no tan “perfectamente”.

Siempre va a ser mejor eso que cerrar las arquetas con el suelo y tener que romperlo el día que haya un atascamiento.

¿O no?

Si crees que la estética es más importante que la funcionalidad, no te descargues la guía. No es para ti.

Si crees que te va a ayudar, hazlo ahora. Aún estás a tiempo de meter aisletas en el proyecto.

Que sí, que al descargarte la guía te suscribes al boletín de correo electrónico. Ya sé que lo sabes. Pero es por la ley. Por tu seguridad. O por la mía. Vete tú a saber.