Te contamos un hecho real que dio lugar al nacimiento de las tapas de arqueta estancas. Un constructor no podía vender los bajos comerciales del edificio que acaba de terminar porque se le inundaban dos veces al día.
¿Cómo empezó todo?
Ponte en situación: corre la década de 1960. Estás construyendo una manzana de edificios en un nuevo barrio de San Sebastián. Es un proyecto que te va a llevar varios años. Mientras avanzan las obras, el Seat 600 se va haciendo cada vez más popular; se van celebrando las primeras ediciones del festival de Eurovisión que sólo unos privilegiados pueden ver en los escasos aparatos de televisión existentes. Muy probablemente, tú no eres uno de ellos. Cuando ya estás acabando, un avión estadounidense tiene un accidente en pleno vuelo y un par de bombas atómicas caen en Palomares; Fraga Iribarne se da un baño en la playa para tranquilizar a la población. Y mientras todo esto va ocurriendo a tu alrededor, los bajos comerciales del edificio que acabas de levantar se inundan un par de veces al día, coincidiendo con la pleamar. En estas condiciones, obviamente, no los puedes vender.
Se trata de un hecho real. El agua entraba por la red de saneamiento, que vertía directamente en el río que fluye a pocos metros del edificio. El problema está en que, a la altura de San Sebastián, el río ya se ha transformado en ría, por lo que su nivel varía con la marea. De esta forma, con la pleamar, el agua remontaba la red de evacuación y salía por las arquetas, inundando los bajos comerciales.
La solución: poner una junta entre la tapa y el marco
Fue a ese constructor al que se le ocurrió la idea de transformar las tapas de arqueta en tapas de arqueta estancas, poniendo una junta entre la tapa y el marco y apretando con unos tornillos. Una idea simple pero efectiva, ampliamente utilizada en otras situaciones.
Para poder materializar esa idea en algo tangible, necesitaba la colaboración de un modelista. El modelista es un profesional que elabora una herramienta, el modelo de fundición, que algunas fundiciones necesitan para poder construir los moldes en que fundirán las piezas. Aquel constructor cayó en el taller de modelos que Manuel Corral tenía junto con un socio, como podía haber caído en cualquier otro, y fue Manuel quien asumió y sacó el proyecto adelante, como podía haber sido su socio. Poco a poco la tapa estanca se fue dando a conocer y otros constructores con problemas similares a los que sufría nuestro protagonista los iban resolviendo con estas tapas.
1977: fundación de Maco
Años más tarde, en 1977, Manuel Corral decide separarse de su socio y montar su propio taller de modelos de fundición y, como complemento a esa actividad principal, comienza a fabricar las tapas de arqueta estancas Maco, mejorando el diseño de la tapa que él mismo había creado. Esta tapa mejorada aún sigue siendo la preferida de muchos de nuestros clientes. Es la que en nuestro catálogo aparece como “modelo normal”. Y es el modelo normal, por eso mismo, porque fue la primera; todas las demás son variaciones de ella.
Cuesta lo mismo hacerlo bien que mal. Ya que cuesta lo mismo, hagámoslo bien.
Poco a poco en Maco fuimos desarrollando una gama que iba respondiendo a las demandas de nuestros clientes: tapas más resistentes que soportaran el paso de camiones, tapas rellenables para esos lugares en que la estética es importante, etc. Así construimos una familia de artículos, empleando nuestros propios criterios porque no había otros, es el inconveniente de ser pioneros. Pero siempre guiados por el principio de calidad, entendiendo por “calidad” que lo puesto por escrito se cumpla; no más, pero tampoco menos.
Con la norma EN 1253 llegan tapas mejores
Por eso, cuando descubrimos la norma EN 1253, lo tuvimos claro: debíamos empezar a desarrollar una nueva gama de tapas construidas bajo los criterios de la norma. La norma EN 1253 fija los criterios que tienen que cumplir las tapas de arqueta de los edificios. Si quieres saber más, puedes visitar esta entrada de nuestro blog.
Ya que empezamos a desarrollar nuevas tapas, lo hicimos añadiéndoles esas mejoras que sabíamos que se podían incorporar al producto:
- Los marcos están fabricados en una única pieza, para garantizar el hermetismo.
- Las juntas están moldeadas, por lo que no presentan cortes ni uniones, y se encajan mecánicamente en el marco simplificando el trabajo de instaladores y empresas de mantenimiento.
- Empleamos un mecanizado más preciso que favorece la instalación del producto y reduce los tiempos de mantenimiento.
- Los registros están diseñados a partir de la medida de paso libre, por lo que pudiendo escoger tapas cuya cota de paso coincida con hueco de la arqueta.
La última novedad: la Gama 600.000 rellenable de función en aluminio
Acabamos de lanzar al mercado, nuestra Gama 600.000, un modelo de tapa rellenable con una profundidad de relleno de 4 cm, lo que la hace muy versátil, al poder pavimentarse con una gran variedad de materiales. Ha superado los ensayos de la clase L15 de la norma EN 1253, por lo que soporta el paso de vehículos ligeros, y de la clase Bt, la más exigente de la norma, por lo que, en caso de una sobrecarga de la red de evacuación, como la que se produce con las riadas o las lluvias torrenciales, impedirá que se inunde el local.
En Maco fabricamos tapas estancas desde 1977. Como has visto, fuimos pioneros y somos especialistas. Nuestras tapas estancas permiten mantener la arqueta localizada, accesible y herméticamente cerrada. Contribuimos a aumentar la salubridad de los edificios, evitando la propagación de plagas y agentes infecciosos. Mejoramos el confort y ayudamos a muchos negocios grandes y pequeños a retener y atraer clientes, que no se quejarán de los malos olores de sus puntos de venta.
Con las tapas de arqueta estancas rellenables, mantenemos la estética del local, ya que van a quedar perfectamente integradas en el pavimento.